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El Ayuntamiento de Barcelona NO levantará el monumento a los gays ante la Sagrada Familia
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La verdad es que la cosa es de risa, si no fuera porque el protagonista es el Ayuntamiento de Barcelona. Desde hace tiempo, el Ayuntamiento de la capital catalana tenía previsto levantar un monumento a los gays represaliados en un lugar del centro de la ciudad para potenciar la visibilidad, siguiendo así lo marcado en el Plan Municipal para el Colectivo LGBT 2010-2015.
Hasta ahí, nada raro, más allá de la tradicional oposición del Partido Popular a cualquier cosa que huela a gay. Lo extraño, es que el pasado día 30, el equipo de gobierno municipal de la ciudad anunció a través de un comunicado de prensa que el Ayuntamiento levantaría el monumento a los gays en la plaza situada frente al templo de la Sagrada Familia, y apenas unas horas después, corregían el anterior comunicado, explicando que el emplazamiento se anunciaría posteriormente.
Parece ser que la ubicación del nuevo monumento lo decidirá próximamente la Comisión Asesora de Esculturas, una vez estudiadas las propuestas presentadas desde la concejalía de Derechos Civiles del Ayuntamiento. El monumento tiene que estar terminado el próximo mes de febrero, y estará construido en piedra de Montjuïc, en color rosáceo y de forma triangular, al estilo de los que ya están construidos en el norte del continente.
Y la verdad es que a mí me da exactamente igual donde vaya instalado este monumento. De hecho, quizás haya mejores ubicaciones que la Sagrada Familia. Pero lo que es una auténtica vergüenza es que una vez que el Ayuntamiento ha anunciado que la escultura podría levantarse en este lugar, decida el mismo día rectificar y anunciar que todavía no hay ubicación prevista.
¿Improvisación? ¿Falta de acuerdo? ¿Presiones de la Iglesia y de la derecha catalana? Pues la verdad es que no lo sé. Pero lo que sí que sé es que no me parece serio jugar a la improvisación con una cosa como el recuerdo a los gays represaliados. De momento, desde la oposición, CiU ya ha pedido la dimisión del alcalde por este desbarajuste, después de decir que les parece bien levantar el monumento, aunque en con un pequeño matiz: les gustaría levantar el monumento en otro lugar que no sea las inmediaciones del templo que levantó Gaudí.
Ante casos como este, lo único que queda pedir a nuestros políticos es un poco más de seriedad en sus planteamientos, y que se dejen de electoralismos, porque no están los tiempos para marear la perdiz.
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La verdad es que la cosa es de risa, si no fuera porque el protagonista es el Ayuntamiento de Barcelona. Desde hace tiempo, el Ayuntamiento de la capital catalana tenía previsto levantar un monumento a los gays represaliados en un lugar del centro de la ciudad para potenciar la visibilidad, siguiendo así lo marcado en el Plan Municipal para el Colectivo LGBT 2010-2015.
Hasta ahí, nada raro, más allá de la tradicional oposición del Partido Popular a cualquier cosa que huela a gay. Lo extraño, es que el pasado día 30, el equipo de gobierno municipal de la ciudad anunció a través de un comunicado de prensa que el Ayuntamiento levantaría el monumento a los gays en la plaza situada frente al templo de la Sagrada Familia, y apenas unas horas después, corregían el anterior comunicado, explicando que el emplazamiento se anunciaría posteriormente.
Parece ser que la ubicación del nuevo monumento lo decidirá próximamente la Comisión Asesora de Esculturas, una vez estudiadas las propuestas presentadas desde la concejalía de Derechos Civiles del Ayuntamiento. El monumento tiene que estar terminado el próximo mes de febrero, y estará construido en piedra de Montjuïc, en color rosáceo y de forma triangular, al estilo de los que ya están construidos en el norte del continente.
Y la verdad es que a mí me da exactamente igual donde vaya instalado este monumento. De hecho, quizás haya mejores ubicaciones que la Sagrada Familia. Pero lo que es una auténtica vergüenza es que una vez que el Ayuntamiento ha anunciado que la escultura podría levantarse en este lugar, decida el mismo día rectificar y anunciar que todavía no hay ubicación prevista.
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